sábado, 25 de julio de 2009

Venezuela fortalece defensa ante bases estadounidense

La posibilidad de una agresión de fuerzas estadounidenses desde Colombia activa hoy los programas defensivos venezolano ante lo que se considera un acto inamistoso del gobierno del país vecino. La decisión del presidente colombiano, Álvaro Uribe, de abrir cuatro bases más a militares de Estados Unidos provocó una complicada situación que llevó también a Venezuela a poner bajo revisión las relaciones diplomáticas bilaterales. En el terreno militar el presidente Hugo Chávez adelantó que se duplicará la fuerza blindada, se ampliará la Armada con nuevas unidades y se reforzarán los otros componentes de las Fuerzas Armadas, incluyendo la milicia popular.
Para la zona occidental, con más de dos mil 200 kilómetros de frontera colombo-venezolana, se ordenó la instalación de un "escudo defensivo", que incluye el enfrentamiento a problemas como el paramilitarismo, el narcotráfico y el contrabando. En otras esferas, las autoridades venezolanas anunciaron que comenzarán la sustitución de importaciones colombianas con mercancías de otros países, con la afectación correspondiente a un intercambio bilateral de unos siete mil millones de dólares al año.
La peligrosidad de la llegada de más soldados estadounidenses a Colombia parte, en opinión del gobierno y expertos venezolanos, de la hostilidad ya tradicional de Washington hacia el proceso de cambios venezolanos y su injerencia en la política interna. Chávez ha alertado en varias ocasiones sobre la intención de sectores de poder estadounidenses en apoderarse de la riqueza petrolera, con la mayor reserva de crudos del planeta, estimada en 316 mil millones de barriles extraíbles. Otro factor de hostilidad es el peso actual de Venezuela en el proceso de transformación política en la región que, al impulsar políticas nacionalistas, daña los intereses de las transnacionales norteamericanas.
Para observadores como el general retirado Alberto Muller hay otros actos que "preludian una agresión militar" como son acciones psicológicas para desprestigiar el gobierno de Chávez, acusándolo de narcotráfico o vinculación con el terrorismo.Washington, que elogia las acciones de Colombia (principal productor de cocaína del mundo) critica a Venezuela, víctima del tráfico de drogas por ser utilizado su territorio para llevar las sustancias de Colombia a Estados Unidos y otras regiones.En la preparación psicológica de la agresión, participa Israel un estrecho aliado de Washington que primero acusó a Venezuela de apoyar la instalación de bases de grupos armados y luego de dar documentos falsos a iraníes para sus movimientos en la región.Ello, junto a los patrones de comportamiento previo de las fuerzas militares estadounidenses, lleva a Muller a considerar la un ataque como una contingencia de "muy alta probabilidad de ocurrencia". La peligrosa situación ha convocado a grupos sociales que comenzaron a estudiar acciones para apoyar a las fuerzas armadas en caso de un ataque y propuestas vinculadas, entre las cuales se incluye la creación de unas "milicias aéreas".
En entrevista con el diario VEA, el capitán retirado Milton Inciarte propuso la creación de una organización de pilotos voluntarios para crear una aviación ligera capaz de operar en calles de tierra, pistas cortas, de día y de noche. Más allá de su viabilidad militar, las iniciativas expresan una posición popular de espaldo a la nueva doctrina defensiva venezolana de guerra de todo el pueblo, sustentada en la alianza cívico-militar.Esta postura apunta asimismo hacia la poca veracidad de las justificaciones colombo-estadounidenses, que atribuyen la apertura de las cuatro bases al propósito de combatir el narcotráfico.
Para expertos como Muller, lo que Estados Unidos se propone es una acción destinada a una victoria rápida mediante el ataque a la coherencia de la capacidad defensiva, ante lo cual el reforzamiento de la defensa emerge como un elemento disuasivo clave.

viernes, 17 de julio de 2009

Venezuela: los socialistas se reagrupan

Con más de siete millones de miembros, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) inició un proceso de reorganización para fortalecer su estructura ante un congreso extraordinario y un nuevo proceso electoral.
La primera fase, denominada de reagrupamiento, tiene entre sus objetivos la formación de más de 200 mil "patrullas", como pasan a denominarse sus organizaciones de base, antes "batallones". La modificación, resultado del análisis de dos años de existencia del partido, pretende hacer más ágiles las células de la organización, acercarlas más a sus comunidades y estrechar la vinculación con el resto de la población. Esta orientación tiene una importancia vital para el objetivo estratégico del PSUV, que busca la irreversibilidad del proceso de cambios iniciado en 1999 bajo la dirección del presidente Hugo Chávez y fortalecer su enfoque socialista. De forma más inmediata, la mayor organización política de Venezuela tiene ante sí elecciones parlamentarias en 2010 que apuntan a ser un proceso complejo, para el cual la oposición política comenzó ya a prepararse. Antes, en los meses de octubre y noviembre, el PSUV organizará un congreso extraordinario que deberá definir aspectos relativos a la ideología, estructura, táctica y estrategia de la agrupación formada por Chávez para intentar unir a la izquierda venezolana.Al engrasar la maquinaria partidista, los socialistas venezolanos buscan una mayor participación de sus miembros, entre los cuales se estima que unos tres millones no acuden regularmente a sus reuniones y otras convocatorias.
La nueva estructura debe facilitar la participación de los militantes en las acciones de su comunidad, al sustituir como célula básica del partido a los "batallones" que agrupaban cada uno hasta 300 miembros por las "patrullas" con un máximo de 30 militantes. El reagrupamiento o reorganización del PSUV, en opinión de Chávez, debe propiciar en cada militante "la eficacia política y la calidad revolucionaria".
El presidente de Venezuela y del PSUV considera que la organización debe garantizar la conformación, transformación y expansión del poder "revolucionario, político, económico, moral y del conocimiento para conseguir la igualdad social". Según su opinión, los militantes socialistas deben tener cuidado con el teoricismo y el pragmatismo y advirtió que el partido debe construirse con la teoría y la práctica, sin dejar de lado la acción y el esfuerzo cotidiano, el estudio y la participación.
La proyección es organizar a los miembros de la organización por zonas de residencia, en un proceso que debe concluir en agosto o septiembre. Un elemento considerado clave para el futuro del partido es la afluencia de jóvenes en la organización, con un estimado de un millón 98 mil 532 inscritos menores de 29 años de edad.En opinión de uno de los ideólogos del PSUV, Alberto Muller, esta fuerza atraviesa una etapa de oro en el proceso de su maduración al abrirse a un debate dentro de sus filas acerca de los aciertos y errores del proceso revolucionario.
En la nueva etapa, la agrupación tiene la tarea de consolidar un cambio radical ocurrido en la política venezolana con el triunfo electoral de Chávez en 1998, que terminó con el predominio de los partidos de derecha. En 10 años, los otrora poderosos partidos Acción Democrática y COPEI, que gobernaron alternativamente durante casi medio siglo, perdieron su influencia, mientras las organizaciones creadas para sustituirlos no han logrado el necesario arraigo en la población, Una encuesta del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD) encargada por grupos económicos y actores de la oposición, reflejó a principios de año cual es el panorama actual político en el país. Según el sondeo el 41,6 por ciento de la población apoya al PSUV, seguido por Un Nuevo Tiempo con 5,4 por ciento, Acción Democrática con 4,6 por ciento, Primero Justicia con 4,2 por ciento y 32,8 por ciento expresó que no apoya a ninguno de los partidos.
Más allá de las cifras, la vida política venezolana actual muestra claramente un evidente predominio de la izquierda encabezada por el PSUV, con partidos aliados como el Comunista y Patria para Todos, entre otros. Para la oposición, la falta de un programa alternativo a las propuestas de justicia social de Chávez y el PSUV siguen siendo un problema para atraer a los sectores indecisos, lo mismo que la falta de un líder carismático y la lucha interna entre ese sector.
El reto del PSUV es mantener un predominio expresado en más de 10 procesos electorales los últimos 10 años, con una sola derrota en el referéndum de una reforma constitucional, que tendrá su próxima prueba en 2010. Para el próximo año la oposición parece decidida a no repetir el costoso error de los anteriores sufragios parlamentarios, cuando en un intento infructuoso por descalificar el poder legislativo retiró todos sus candidatos.
La reorganización del PSUV adquiere así, además de su indudable importancia estratégica, un peso importante con vistas a la definición del panorama legislativo nacional, una pieza importante en los planes de transformación del país suramericano.